miércoles, 4 de marzo de 2009

Fragmento

Agarrar su chata y salir a donde sea. Eso era lo único en que pensaba. Conocer. Sorprenderse. No veía finales felices por ningún lado, o por lo menos a él se le escapaban como agua de las manos. Regó su planta, y se echó en la alfombra a dormir. Soñó con elefantes y bicicletas, hasta que la sirena de una ambulancia que pasaba lo despertó. Ya era casi hora de cenar, pero como siempre la heladera estaba vacía. Preparó el último paquete de fideos y los cenó mirando tele en la cama. Se despertó con el perro lamiéndole la cara y la gata terminando el plato de la noche anterior. Decidió, ni bien abrió la persiana, que no esperaría un día más para escaparse. Agarró un bolso y se puso a pensar:
-Hay nafta para varios kilómetros; esta remera, este pantalón, listo; Olmos puede venir pero Sopa se tiene que quedar con alguien; llevo esta campera, ¿donde dejé la carpa?; le voy a decir a Carla si puede cuidar a Sopa; ¿la bolsa de dormir?, abajo de la cama; ¿el grabador?, en la cocina; plata tengo, documentos también, bolso listo, Olmos listo, ahora llamo por la gata... Siento que me olvido de algo... Terra! mi pobre tortuga! que se quede con Carla y listo.
Llamó a su hermana, le pidió el favor y cuando aseguró las condiciones, se sintió preparado. Agarró las llaves, el bolso, el perro, la ilusión y se fue.
Afuera el día lo esperaba brillante y prometedor. Cuando ya estaba arrancando se acordó que se olvidaba de algo fundamental. Subió, abrió nuevamente la puerta y ahí estaba su planta, en el mismo lugar donde la había regado.
El tenía una manera muy particular de ver la vida, los viajes y las plantas. Según su visión los tres se relacionaban en perfecta armonía. La planta al igual que él nacía, crecía y moría, así como también un proyecto. Por eso mismo él no podía concebir un viaje sin esa plata ideal que creciera con los kilómetros recorridos, e inevitablemente junto a él.
Ahora si estaba todo, y así como la mariposa vuela y se pierde de vista, así se perdió Ramiro en el horizonte de cemento con su camioneta, su perro y su planta.
Así tal cual quería él.


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